El estado de Nevada es cruzado de norte a sur por Sierra Nevada, dando nombre a esta porción de tierra, que de no ser por el juego y las tragaperras, solo sería un páramo desolado que cruzar de camino a California. Pero a principios de 1930, en plena Ley Seca y en el peor momento de la crisis bursátil, Nevada encontró la gallina de los huevos de oro legalizando el juego, liberalizando y acortando plazos tanto para el matrimonio, como el divorcio.
Las Vegas fue creada de la nada en medio de un desierto, con el único afán de abrir los primeros casinos del estado. Su localización fue estratégica, ya que se encuentra en el extremo sur del estado, cerca de la presa Hoover Dam, que aprovecha una profunda grieta del río Colorado, constituyendo la reserva de agua más grande de los EE.UU., abasteciendo de agua y electricidad a toda ciudad, además de Los Angeles y un montón de ciudades de suroeste.
Se aproximaron todo lo que pudieron a la famosa Ruta 66. Y además se encuentra a solo 4 horas en coche de uno de los fenómenos naturales más visitados de todo el planeta, el Gran Cañón. Y a otras cuatro de Los Angeles. Todo esto junto con el despilfarro del juego y las tragaperras hacen que Las Vegas cuente hoy en día con una oferta hotelera de más de 150.000 habitaciones y gigantescos casinos que te atrapan ocultándote cualquier cartel de “EXIT” para que deambules sin saber hacia donde te diriges buscando la salida y termines sentándote delante de una máquina tragaperras.

Y no hablemos del sexo, porque no te será difícil ver espectaculares señoritas recibiendo suculentas propinas, por tan solo acompañar a algún aprendiz de “Rockefeller”, dándole esperanzas de terminar acabando la noche juntos. Y que sin embargo, el final feliz se ve truncado por la altísima tasa impuesta por la chica, para evitar el deseado desenlace por el rollizo derrochador. Pero no te equivoques, la prostitución está aprobada en todo el estado de Nevada, menos en Las Vegas. Esta ciudad reúne todas las contradicciones y locuras del país. Es un inmenso parque de atracciones para adultos, metrópoli del juego, escenario de espectáculos artísticos, musicales y deportivos, que se ha ganado a pulso el sobre nombre de “Sin City”, la Ciudad del Pecado.
Hoteles como el Venetian presumen de tener hasta 7.000 habitaciones y canales que recrean la mismísima Venecia. El Caesar Palace revive la época romana y el Luxor luce esplendoroso con su Esfinge y su pirámide de cristal. En el New York New York podrás pasear en su interior por la zona comercial, que intenta hacerte sentir como en el Downtown del verdadero New York. El Paris Las Vegas aparte de tener una réplica de la Torre Eiffel que luce por las noches avistándose desde todo el “strip”, posee uno de los buffets más populares de la ciudad. Un poco más caro que los demás, pero desbordante de originalidad, con las mesas distribuidas entre edificios-cocina, con la gastronomía de distintas regiones francesas. Y es que el tema culinario, con más de 1000 restaurantes, también es desmesurado en Las Vegas.

Espectáculos de renombre se han instalado de manera permanente en los mejores hoteles del Strip. Como Celine Dion, que cantará de por vida únicamente en Las Vegas. El Cirque du Soleil o La Revé son otros espectáculos de lo más solicitado. No todos los espectáculos son de pago en Las Vegas. El Bellagio Hotel a partir de las 19:00 horas y hasta la media noche, realizan una coreografía con agua, luz y sonido cada quince minutos, congregando a cientos de visitantes frente al lago que hay delante del hotel. En el Downtown, Fremont Street Experience, una calle cubierta con una inmensa bóveda de 12 millones de leds de bajo consumo y 550.000 vatios de potencia para formar una pantalla gigante, que a partir de las 18:00 horas y cada hora en punto emite un espectáculo de luz y sonido que dura 6 minutos. Bailes a bordo de un barco junto con peleas de espada y un pirata cautivo son sólo algunos de los elementos que podías ver en el show de las Sirenas de Treasure Island hasta su cierre en el año 2013. La dirección del hotel decidió clausurar definitivamente el espectáculo aun siendo uno de los más vistos y utilizar el área que ocupaba para construir nuevas tiendas que rentasen más.
Pero por mucho que lo parezca, Las Vegas no es la capital del “Silver State”, como es conocido el estado de Nevada. Sino que la capitalidad del estado reside en Carson City. Reno es otra de las tres grandes urbes de este estado. Estas dos ciudades están en el límite oeste de Nevada, cerca del paso de la interestatal 80 que cruza camino de San Francisco. Reno intenta parecerse a Las Vegas, pero a mucho menor escala. Y eso que Reno empezó el libertinaje y la prostitución antes que Las Vegas. Pero como ya os dije, la cercanía de la Ruta 66 y otros atractivos como el Gran Cañón fueron clave para el repunte de Las Vegas. Sin embargo, la cercanía de la Sierra Nevada, hace que Reno tenga lugares donde esquiar con hermosos paisajes de montaña, además de donde navegar por el precioso lago Tahoe.
Pero seamos realistas, el estado de Nevada tiene la mayor parte del territorio casi despoblado. El clima desértico espanta a cualquiera, menos a las “ratas del desierto”, como son conocidos los residentes que buscando un poco de aislamiento, se instalan en un ambiente inhóspito. Como Marta Beckett, que dejó su carrera de bailarina en Nueva York para mudarse a un pequeño pueblo fantasma en Death Valley Junction. Allí fundó la Amargosa Opera House y ha pasado los últimos cincuenta años ofreciendo espectáculos semanales.
Los neones de Las Vegas no son lo único que brilla en Nevada. A pocas millas de la “Ciudad del Pecado” se encuentra el Valle del Fuego, un buen aperitivo antes de abordar los famosos parques de Utah, donde la piedra arenisca rosada da colores espectaculares al desierto.
Las rocas de Valley of Fire brillan con un color inusual pareciendo estar en llamas. Su carretera principal serpentea entre dunas petrificadas con más de 150 millones de años, dotando de una belleza sin igual a la misma. Esto también es debido a la ausencia de señales viales que entorpecen preciosas vistas. Haber si aprendemos un poco de esto y dejamos que las carreteras europeas fluyan por medio de paisajes sin tanta señal que advierta de la velocidad, de la proximidad de la curva, de la pendiente de la carretera y demás avisos que hacen que parezcan ferias en vez de carreteras, fastidiando bucólicas imágenes de nuestros paisajes.
Y para terminar, contaros que a veces la naturaleza responde de forma amistosa a una chapuza humana. Tal es el caso, en el norte del estado de Nevada, donde Fly Geyser, una maravilla «casi» natural, asombra con su paleta de colores. Y digo casi natural, porque surgió tras una perforación que se hizo en 1916 en busca de agua para cultivos y ganadería. Efectivamente dieron con el agua, pero con una termal a más de 200 grados centígrados. Hoy no es una, sino varias las vías de escape de este agua termal, que deposita sus sedimentos de carbonato de calcio pintando de forma natural las rocas, mejor que cualquier artista pudiera hacerlo.