Situado en la base de Oak Creek Canyon, a tan solo 29 millas al sur de Flagstaff, se encuentra Sedona, un maravilloso pueblo rodeado por serranías de color rojo y naranja que vive a la sombra de su “Gran” vecino el Cañón del Colorado.
Lo bonito y lo que le diferencia del resto de parajes de Arizona, es que aquí los bosques de Coconino National Forest forman un manto verde intentando disimular el rojo característico de rocas y monolitos que emergen de entre la vegetación, creando un contraste espectacular entre el rojo, el naranja, el ocre y el verde. Además, se ha intentado mantener la unidad arquitectónica realizando las nuevas construcciones con ladrillos rojos imitando el adobe utilizado antiguamente.
Casi todo el mundo piensa que Sedona es un nombre de origen español o indio, como el de muchos pueblos del Oeste. Pero en este caso no es así. Sedona lleva el nombre de Sedona Miller, una mujer muy bien educada que conoció a Theodore Schnebly. La pareja se asentó en lo que es hoy el centro del pueblo. Al poco tiempo abrieron un Trading Post, lo que aquí conocemos como tienda de ultramarinos.
El comercio terminó creciendo para convertirse en una especie de hotel. El marido de Sedona quiso abrir también una oficina de correos, pero para abrirla, había que ponerle primero un nombre al lugar donde querían ponerla. Propusieron varios nombres que el gobierno federal rechazó por largos. Finalmente se propuso el nombre de Sedona y los federales aceptaron la propuesta. Sedona y su esposo continuaron viviendo en la zona y sus hijos y nietos aun residen en la población. Sedona murió en 1950 y siempre fue muy querida por los lugareños.
Aunque Monument Valley se llevó la fama, este bonito horizonte se convirtió en un lugar ideal para rodar escenas del Viejo Oeste, llegando a ser telón de fondo en más de sesenta películas de Hollywood.
El paso por Sedona del equipo de producción de John Ford para la película “La Diligencia” allá por 1938, supuso más de tres décadas de trabajo cinematográfico en la zona. De hecho, se levantó el único centro de producción permanente para equipos de cine, cosa que no se hizo en ningún otro lugar del lejano Oeste, llegándose a conocer como “Little Hollywood of Arizona”.


Pero las escenas grabadas aquí no eran para tener identidad propia, sino que se grababan para suplantar paisajes de Texas, California o Nevada, es por lo que Sedona permaneció siempre en segundo plano. Entre las películas más destacadas tenemos «Riders of the Purple Sage» (1931), «Angel and the Badman» de John Wayne (1947) y la película de James Stewart «Broken Arrow» (1950), todas por cierto, antiquísimas.
Desde mediados de los 60, Sedona se ha ido convirtiendo en una atracción para bohemios y artistas, que buscaban tranquilidad y buenas energías en un precioso e inspirador entorno donde desarrollar cualidades artísticas, estableciendo allí sus segundas residencias, personajes como Al Pacino, Sharon Stone o en su día Orson Wells y el mismísimo Walt Disney. Por este motivo no será difícil encontrar en Sedona boutiques, tiendas de arte, resorts y muchísimos campos de golf, pero hay también lugares más accesibles. Hay un centro comercial, Tlaquepaque, que parece una antigua hacienda mejicana, con bonitas tiendas y restaurantes distribuidas por una serie de patios y callejones que recuerdan el más auténtico México.
Aunque hay un montón de lugares preciosos que ver en Sedona, su foco de atracción es el mundo de las energías y los vórtices o vortex, puntos donde la Tierra libera energía. Y es que se cree que en la región de Sedona hay un importante centro de convergencia de energías de la Tierra. Algunos afirman que esta energía puede afectar a la conciencia humana e incluso al propio cuerpo físico.
Pero los nuevos emigrantes no fueron los primeros en ser atraídos por este místico lugar. Las tribus nativas americanas como los Yavapai y más tarde los Apaches ya habitaban en Oak Creek Canyon, hasta que fueron expulsados por el ejército de los Estados Unidos en la década de 1870, tras encontrar oro en las cercanías de Prescott.

Uno de los puntos más hipnóticos que ver en Sedona es la Capilla de la Santa Cruz, o Chapel of the Holy Cross, como dicen allí, un edificio católico que se eleva 21 metros sobre un acantilado de roca granate y que ofrece unas vistas espectaculares de Sedona. Aunque esta iglesia pueda parecer muy moderna, con sus rectas aristas y sin cúpula que la corone, lleva en pie más de medio siglo, que no es mucho si lo comparamos con los casi 800 años de la catedral de Toledo, pero aun así me parece muy moderna para haberse levantado en 1956.
Sin embargo, lo mejor de Sedona no son sus boutiques, sus vórtices o sus campos de golf. Lo que atrae cada año a más de 3 millones de turistas es el bello entorno de Oak Creek Canyon. Excursionistas de todo el mundo llegan hasta Sedona para realizar actividades al aire libre, desde ciclismo a rutas en jeep. Recorrer Oak Creek Canyon a través de sus senderos es lo mejor que se puede hacer en Sedona.
El punto que todo el mundo viene a buscar a Sedona es Cathedral Rock. Para tener la instantánea que a todos se nos viene a la mente cuando pensamos en Sedona, hay que acudir a Red Rock Crossing & Crescent Moon Recreation Area, uno de esos lugares en los que tendrás que luchar para poder encontrar un buen sitio para tu trípode cuando llegue el ocaso. Desde allí se obtienen las mejores vistas de Cathedral Rock. Se llega tomando el Upper Red Rock Loop Road, al sur de la AZ 89A.

Pero si lo que pretendes es subir a su cima, tienes que tomar el camino llamado Back O’Beyond Road. Allí comienzan las 0,7 millas de dura ascensión, pero con una buena recompensa, situarse en el centro de uno de los vórtices de Sedona y por supuesto, unas espectaculares vistas.
Otra zona a explorar que no debe quedarse en el tintero es el Chicken Point. Allí nos encontraremos rodeados de preciosos cerros y montículos de diversas formas, que apuran hasta el último tono de la “carta pantone roja”, contrastando con el verde de las zonas más bajas. Chicken Point es el punto donde se encuentran el Little Horse Trail y el Broken Arrow Trail. La forma más fácil y barata de acceder a este punto es la siguiente, aparcamos en Chapel of the Holy Cross y desde allí tomamos el Chapel Trail. Caminaremos durante 0,7 millas hasta que este sendero se une a Little Horse Trail. Desde esta conjunción andaremos 0,4 millas nada más hasta llegar a Chicken Point.
Pero si vas bien de presupuesto puedes ir a Broken Arrow Trail en Jeep, una de las excursiones más demandadas en Sedona. Se suele llegar hasta Submanire Rock, desde donde se tienen unas vistas del horizonte de Sedona excepcionales. También se puede llegar a pie a esta mole rocosa llamada Submarine Rock, que emerge desde el fondo del valle haciéndose hueco entre la vegetación. Solo le separan algo más de una milla desde Chicken Point.
Y si lo que te falta es tiempo, puedes ir al Airport Loop Trail, éste es un buen lugar desde donde tener unas buenas vistas en general. Se trata de un sendero de unas 3,3 millas que rodea el pequeño aeropuerto de Sedona. Este aeródromo se encuentra sobre una meseta, por lo que al ir rodeando esta elevación, iremos teniendo vistas a los 4 puntos cardinales del Red Rock Country. Toma la 89A hacia el Oeste y tras 1,1 millas gira a la izquierda en la carretera del aeropuerto. Sigue durante 0,5 millas hasta el estacionamiento que encontrarás a la izquierda.

Otro místico lugar es Bell Rock & Courthouse. Bell Rock es uno de los Vórtices más destacados en el Red Rock Country. En 1987 se congregaron alrededor de este apéndice rocoso más de 5.000 personas esperando que algo sobrenatural ocurriera, pero no fue así. Tienes dos zonas de aparcamiento, una al norte y otra al sur y las dos están en la carretera 179. Una vez allí puedes rodear estas colinas a través del Courthouse Loop, un trail bastante sencillo y bien señalizado de 4,5 millas. O bien subir hasta casi la cima del Bell Rock. Hay quien dice que subir y relajarse en la cima de este vórtice, puede ser una experiencia casi religiosa.

Devils Bridge es un arco natural de piedra formado por la erosión. No dejes que su te engañe, porque en Sedona no hay nada diabólico. A través de una corta caminata de 1,8 millas y con una dificultad moderada llegarás Devils Bridge, eso si, el último tramo tendrás que usar manos y pies. Al comienzo del sendero se llega por Dry Creek Road. Una vez recorridas 2 millas tomar la bifurcación a la derecha (dejando la carretera asfaltada). Tras 1.3 millas por esta pista, a la derecha encontrarás el aparcamiento.
Si esta pista de tierra se encuentra en mal estado, deberás continuar por Dry Creek Road hasta la intersección con Long Canyon Road, gira a la derecha y recorre 0,2 millas hasta el aparcamiento del Mescal Trail. Comienza tu trekking por Mescal Trail hasta que este sendero conecte con Chuckwagon trail y de ahí hasta Devils Bridge Trailhead. El viaje redondo a Devils Bridge por este sendero es de 3,8 millas.

Boynton Canyon, West Fork Oak Creek, Slide Rock, Schnebly Hill Road… Te podrías organizar unas completas vacaciones sin salir del Red Rock Country of Sedona. Cientos de millas repartidas por infinidad de senderos quiebran estas tierras para ser exploradas en bicicleta, a pie, en Jeep o quads.
Por cierto, tienes que tener en cuenta que para acceder a cualquiera de estos trails, tendrás que aparcar el coche en los parkings habilitados para tal efecto. Cada zona está gestionada como si de un parque nacional se tratara, por lo que cada uno tiene su cuota de estacionamiento. Hay varios tipos de permisos, desde 5 a 40$, según los lugares que se pretendan visitar, durante un día o hasta un año. Para más información pincha aquí.
Enlaces de interés |
---|
www.sedonaredrocktrails.org |
www.sedonahikingtrails.com |